Guerrilleros de las FARC atacaron en la madrugada de este sábado la estación de policía de Inzá, un municipio con más de 30.000 habitantes al oriente del departamento del Cauca, en el suroccidente de Colombia. Según los primeros reportes de las autoridades, ocho personas murieron, entre ellas cinco soldados y un policía. El atentado habría dejado al menos 40 heridos, la mayoría campesinos, que fueron trasladados a centros hospitalarios de las ciudades más cercanas.
La guerrilla detonó un coche bomba y lanzó explosivos artesanales conocidos en Colombia como tatucos sobre la estación de policía del pueblo. Después los autores del atentado huyeron a través de las montañas de las cordilleras Central y Oriental, por donde los están buscando tropas de las brigadas 29 y 9 del Ejército, informaron medios locales.
El Comando de la Tercera División del Ejército explicó que el atentado ocurrió cuando la comunidad de Inzá se preparaba para abrir el mercado campesino. “Con este hecho se demuestra claramente que las FARC, de manera sistemática, continúan cometiendo actos de terrorismo contra la población civil, colocando en riesgo su vida e integridad”, dice un comunicado oficial.
El Ejército confirmó los nombres de los uniformados asesinados: el mayor Alexander Vargas Castaño, los tenientes Sergio Prada Limas y Jhon Redondo Moreno, el sargento segundo Andrés Felipe Rodríguez, el soldado Jaime Ernesto Lozada Moreno y el subintendente de la Policía Nacional, Enrique Galinde Martínez.
La explosión destruyó por completo la estación de policía que se encuentra en el centro del poblado y unas 30 casas aledañas. “Es un acto terrorista absolutamente irrazonable y reprochable, que estos terroristas refugiándose en las montañas lancen tatucos contra la población civil. Fueron lanzados dos tatucos, destruyeron la estación de policía de Inzá (...) este acto es demencial, es un acto contra los pobres", dijo Temístocles Ortega, gobernador del Cauca. La muerte de las ocho personas se habría producido al quedar atrapados bajo los escombros de la estación de policía.
El presidente Juan Manuel Santos también condenó el hecho calificándolo como “realmente demencial” y anunció que en la tarde del sábado presidirá un consejo de seguridad con los mandos militares en la población atacada. Por su parte, el presidente del Congreso, el liberal Juan Fernando Cristo, pidió a las FARC recapacitar sobre este tipo de atentados y les exigió una tregua para el fin de año. “Es una actitud inexplicable e inaceptable de parte de las FARC, hay que rechazar esta clase de atentados mientras se hacen las negociaciones (de paz en La Habana). No se puede escalar de esta manera y tener esta agresividad contra la población civil y contra la fuerza pública”, dijo Cristo a Caracol Radio.
Esta acción terrorista se da justo un día después de que la policía capturara a Anderson Yonda Cañas alias Pepo, jefe de las llamadas fuerzas especiales del Sexto Frente, grupo al que se le atribuye el atentado. Este año, el 19 de agosto, este frente guerrillero sufrió un duro golpe tras un operativo conjunto entre el Ejército y la Policía donde murieron dos de sus jefes más importantes conocidos con los alias de El Burro y Jaimito.
Las FARC, que negocian el fin del conflicto con el gobierno de Juan Manuel Santos desde hace un año bajo la premisa de que no habrá cese al fuego hasta que se firme la paz, han protagonizado en 2013 varios ataques. Uno de los más violentos ocurrió el 25 de agosto, donde 13 militares murieron en Arauca, zona limítrofe con Venezuela.