Verónica Ojeda, expareja de Diego Armando Maradona, ha confirmado que espera un segundo hijo del exfutbolista argentino. "Sí, estoy embarazada", dijo la mujer a gritos ante una nube de periodistas que le esperaban a la salida del aeropuerto de Ezeiza, el principal de Argentina, al llegar en un vuelo procedente de Dubái. "Sí, por supuesto", dijo Ojeda cuando le preguntaron si el hijo que espera es de Maradona, según la transmisión de la televisión local.
Desde hacía días había rumores en la prensa local sobre el embarazo de Ojeda, que ya es madre de de un niño Diego Fernando, nacido en febrero de 2013. La mujer, de 35 años, viajó precisamente a Dubái a decirle a Maradona que estaba nuevamente embarazada, pero no logró verlo. El futbolista estuvo ocho años en pareja con Verónica Ojeda.
Según algunos medios, el exfutbolista, de 53 años, se comprometerá con su actual novia, Rocío Oliva, de 24 años, el próximo viernes, día de los enamorados, en Roma. Maradina vive con su actual novia en Dubai y en unas primeras declaraciones ha asegurado que el bebé que está en camino no es suyo. Todo indica que Ojeda deberá recurrir a una prueba de ADN como en su primer embarazo. La pareja rompió cuando ella estaba embarazada. Maradona se resistió a darle sus apellidos hasta que finalmente y tras una prueba de ADN se llegó a un acuerdo sobre la paternidad del niño.
Maradona tuvo su primer hijo con una amante en Italia en 1986. Se trata de Diego Armando Sinagra, que después de un juicio consiguió el apellido de su padre. El Pelusa no guarda relación afectiva con él, pero lo ha mantenido económicamente. Diego Armando Junior, como se lo apoda, ha jugado al fútbol profesional sin demasiado éxito y estuvo a punto de venir en 2012 a jugar a un club de la cuarta división de Argentina, pero el proyecto se frustró.
Después Maradona tuvo dos hijas con su esposa, Dalma (1987) y Giannina (1989), que fue pareja del futbolista del Manchester City Sergio Agüero. En 1996, cuando aún convivía con su mujer, el Pelusa tuvo su cuarta hija, Jana, en una relación fugaz. Otra vez fue la justicia la que le imputó la paternidad de la ahora adolescente.