La Seda podría evitar la liquidación que solicitó al Juzgado que intruye su concurso de acreedores hace una semana. BA Vidro, su primer accionista, y Anchorage, primer acreedor, han alcanzado un preacuerdo que zanjaría los problemas de incapacidad financiera que arrastra el grupo químico catalán. Ese pacto deberá ser aprobado de forma definitiva por BA Vidro el próximo lunes, según fuentes cercanas a la operación.
Se trata de un punto intermedio entre las propuestas de ambas compañías. Anchorage, respaldada por otros acreedores como Credit Suisse y HSBC que controlan más del 50% de la deuda de La Seda, asumiría unas quitas para la sociedad hólding próximas al 86% —y no del 99% como planteaba inicialmente— y se comprometería a inyectar 40 millones de euros. Como consecuencia, la deuda de compañía pasaría de 600 millones a 100 millones de euros, si bien Anchorage probablemente se convertiría en el primer accionista, al convertir su deuda en capital.
El plan, que cuenta con el beneplácito de los sindicatos, aseguraría la continuidad de la compañía, que mantendría la sede en Barcelona. Asimismo, mantendría el negocio químico, cuyas plantas —entre ellas las de El Prat de Llobregat y Tarragona— están ahora en venta. Es una fórmula, asimismo, que salva a ambas partes, si bien depreciará todavía más las actuales acciones de la compañía, pero que no supone darles valor cero como suponía la liquidación.